Escribir Historias Sonoras es algo nuevo para mí.
Y cuando estas historias se acompañan de cuencos tibetanos, es algo completamente nuevo para mí.
Todo el proceso fue un gran reto para mí. Al principio pensé que no podría escribir una historia sonora, esa fue mi primera sorpresa.
Después, tenía miedo de no pronunciar bien en alemán y de que los demás no me entendieran.
Ambos fueron grandes retos para mí.
En este proceso aprendí mucho sobre mí misma y sobre cómo me pongo barreras que solo existen en mi cabeza.
Cuando se lo leí a otras personas en alemán, me centré más en la pronunciación, leí la historia sonora y me resultó "fácil" crear las pausas modulando el tono y el color de mi voz.
Me hicieron comentarios muy buenos y agradables, y eso me hizo muy feliz.
Sentí que había hecho un buen trabajo.
Posteriormente leí la historia a un grupo más grande que hablaba alemán, Online, pero lo hice en español.
Cuando lo leí en mi idioma materno fue diferente, me sentí segura, aunque estaba nerviosa porque había muchos expertos en el grupo y para mí era la primera vez, pero quien no arriesga, no gana....
Me sentía como "pez en el agua", relajada, podía dar más color a mi voz, modularla y hacer llegar mi historia aunque no la entendieran...
Fue una experiencia maravillosa, ¡espero escribir más historias!
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